sábado, 23 de agosto de 2014

Campo 3 a Campo 1

Hola amigos,

Después de dormir de un tirón, nos hemos puesto en pie a las 6,30 de la mañana. Preparamos agua a partir de la nieve, para tomar un poco de té y así poder desayunar, para después, preparar nuestras mochilas y recoger la tienda. En total, un montón de kilos a la espalda.

Partimos hacia el Campo2. Para mí ha sido un "sin vivir". Descenso muy pronunciado y constante. Las uñas de los dedos del pie izquierdo sangrando. Un martirio...

El breve descanso en el Campo2 para comer algo y tomar un té no ha aliviado mucho la situación. Si malo ha sido el descenso de C3 a C2, mucho peor ha sido de C2 a C1. En fin, al final esta visto que se puede con todo (o casi...)

El Guía le ha dicho al Doctor lo que me pasa y me ha venido a ver. Poca cosa se puede hacer, cuando no puedes guardar reposo y tienes que seguir caminando. Gracias Doc!

Toda la tarde descansando en la tienda...

Hoy hemos compartido cena once rusos y yo. Era el último día de Pamir Expeditions en el Campo1 y había que festejarlo, y que mejor que con una cena, a la que me han invitado.

Siendo un cena con mayoría aplastante de rusos, la misma ha arrancado como tenia que arrancar:  Con un brindis pronunciado por uno de ellos de forma solemne y el consiguiente trago de Vodka.

Bueno bueno, como está la mesa. Adornada por 3 velas, porque no funciona el generador de gasoil. Hay comida para un regimiento. Entre plato y plato, nuevos brindis a cargo de diferentes comensales. Ya en los postres, uno de ellos coge una vieja guitarra española y entona una canción. Sus compañeros la conocían y la cantan a coro. Y luego otra canción, y otra, y otra... más Vodka...

El cocinero -Islam- prepara una tarta enorme de chocolate, nata, moca, etc. Solamente con la tarta podíamos haber cenado todos.
Sorpresa! El primer guitarrista, le pasa la guitarra a otro compañero. Otro montón de canciones cantadas a coro...

Nueva sorpresa! Le pasa la guitarra a un tercero. Un chico joven, tocado en la cabeza con un gorro verde minúsculo, y que a mí me recuerda a uno de esos marineros de la armada soviética. Bueno bueno, para mi el mejor de los tres.

No puedo decir las canciones que han tocado, pasándose la guitarra unos a otros... Creo que en algún capítulo de este blog he comentado que la gente rusa me ha parecido muy alegre y parlanchina. Me gusta la gente que he conocido... Mientras entonaban sus canciones, que se las sabían todos, no podía evitar recordar cómo se cantaba hace años en las calles y bares de Euskalerria (y en cualquier sitio) y que se ha perdido totalmente.

Yo ahora mismo pienso..., después de haberle "arreado"..., que con una botellita de éstas igual hubiera llegado a la cima...jjjj

Me despido de mis compañeros agradeciendo su cortesía para conmigo, el montañero vasco, y me voy para mi tienda.

Rahmat! Spasibo!

Un poco perfumado si que voy si. Sería gracioso que me rompiera la cabeza ahora, yendo a dormir

Son las 22:30h, y en el silencio que solo se puede dar a 4400 metros, metido en mi saco de dormir, se oyen aún en la noche las canciones rusas ("rasas") acompañadas por la guitarra española. Que mejor premio! La cena, lo mejor del día.

Felices sueños.

Un abrazo

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